Capitulo 18 - Temporada 2.

Capitulo 18:

Narra Nick:

Regrese a su casa la mañana siguiente. Toque el timbre unas dos veces, y atendió el hombre. Lo salude cordialmente, dándole mi mano.

-Hola. Busco a Evelyn. ¿Vive aquí? – Pregunte.

-Si, ella esta aquí. Pero ¿Quién eres? – Cuestiono algo intrigado.

-Soy Nicholas. Un viejo amigo. – Conteste.

-Ok. Pasa. Ahora la llamo. – Exclamo.

Inmediatamente entre a la casa. Era linda y acogedora. Al instante Evelyn apareció allí. Pero aquel hombre seguía entre nosotros.

-Hola Nick ¿Qué haces aquí? – Pregunte extrañada.

-Quería hablar contigo. – Respondí.

-Ok. Dan ¿Podrías dejarnos a solas? – Cuestiono. El tipo respondió que si, y se retiro de aquella sala.

-¿Qué sucede? – Pregunto.

-Nada… solo quería saber donde vivías. – Respondí estúpidamente.

Era algo absurdo lo que estaba haciendo. Obviamente, solo la extrañaba demasiado, y por eso estaba allí.

-¿Cómo sabes que vivo aquí? – Cuestiono.

-Contactos… tengo contactos. – Conteste pícaro. – Ese hombre… Dan ¿Es tu novio? Porque parece demasiado mayor que tu, y tiene una empresa – Mencione celoso.

-¿Qué problema hay si es mi novio? – Volvió a indagar.

-Nada… solo creo que es grande para ti. – Excuse.

- ¿Te pusiste celoso? – Pregunto.

- No soy celoso. Yo también tengo una novia. Pero no es tan mayor como tu novio. – Dije.

-¿Mayor? Nicholas, el no es mi novio. El es como mi mejor amigo, como mi hermano. – Exclamo.

-Oh, lo siento. No lo sabía. – Conteste. - ¡Que idiota soy! – Pensé para mi mismo.

-¿Lo sientes? Nicholas, mejor vete de aquí, esto es estúpido. Adiós. – Exclamo abriéndome la puerta y dejándome afuera.

Narra Evelyn:

La actitud de Nick fue algo infantil. Averiguo a donde vivía, solo para venir y hacerme este planteo. ¡Además estaba equivocado! El no tenia idea de cuanto me dolía todo esto. Yo lo seguía amando como el primer día. Realmente quería explicarle porque no volví por el. Pero me costaba hablar de eso. Además de que me acababa de enterar de que el tenia una novia. Eso fue como si me apuñalaran el corazón. Lo lastimo más de lo que estaba. Espero que este feliz.

-Eve, me voy al trabajo. ¿Estas bien? – Pregunto Dan.

-Si, anda tranquilo. Estoy bien. – Mentí.

-Ok… pero cualquier cosa me llamas ¿si? – Exclamo.

-Si.- Conteste. Me acerque para despedirlo y luego se fue.

Necesitaba despejarme, y respirar aire fresco y puro. Cosas del paso estaban regresando a mi presente. De alguna manera me alegraba el rencuentro con Nicholas. Pero hubiera preferido que haya sido distinto. No se, tal vez más dulce, más tierno. De cierta manera, quería que todo vuelva a ser como antes. Me irritaba escuchar que tenía una nueva novia. Y más aun escucharlo desde su boca. Pero lo mejor era no ser egoísta con el. Dejarlo ser feliz. Si el había elegido que todo sea así, era porque de alguna manera, estar sin mi, tal vez, lo hacia más feliz.

Guarde algunas cosas dentro de mi bolso. Entre ellas mi dinero, mi teléfono celular, y un abrigo por si regresaba en la noche o refrescaba. Sabía a que lugar iría pensar y aclarar mi mente. Era un sitio un poco alejado de la ciudad, más bien descampado. Dan siempre me repetía que era algo peligroso estar allí sola, pero que más da, necesitaba ir.

Así que me fui de casa, y tome un taxi que me llevo hasta allí. En realidad, estuvo un poco aburrido. Solo llore como una estúpida. Era lo único que necesitaba hacer en ese momento. No podía soportar haber perdido a Nicholas de mi lado. No podía soportar amarlo, y ser indiferente con el. Como si jamás nos hubiésemos amado verdaderamente. Cuando lo vi luego de un año, la verdad es que mi corazón quería gritar “Nick te sigo amando, te amo”, pero mi cerebro no podía dejar de pensar que seria egoísta hacerlo. Solo quería que volviéramos a juntar nuestros labios una vez más, a rozar nuestros cuerpos una vez más, a perderme en tus ojos, una vez más.

Estuve casi todo el día en ese lugar, lejos de todo. Hasta que note que estaba anocheciendo. Así que pensé en llamar un taxi. Pero debía caminar unos pocos metros, para que mi celular tuviera señal. Camine unos pocos minutos, cuando observe que dos hombre corpulentos y totalmente vestidos con ropa negra se acercaban hacia a mi.

-No puede ser. Justo a mí me tenía que pasar. – Pensé para mi misma y comencé a correr sin rumbo.