Capitulo 1 - Temporada 2.

Capitulo 1:

Abrí mis ojos lentamente. Observe la luz que me iluminaba levemente, y roce mi rostro con mis manos. Estaba tendida sobre una camilla. Me sentía rara. Me esforcé para levantar mi cabeza, y poder observar aquella habitación en donde me encontraba. Era una clínica, estaba segura. Me quede paralizada por un segundo observando mis brazos, y mis manos. Esta vez me puse de pie, y me empeñe a caminar. Lo hice perfecto. Comencé a transitar por un pasillo lleno de personas, enfermos. Y uno de los doctores me observo demasiado sorprendido y se acerco a mí.

.Oh dios mío, ¡Esto es un milagro! ¡Lucy, esta viva! ¿Cómo puede ser? ¡Es realmente un milagro! – Exclamo el doctor feliz. -¿Cómo te sientes? – Pregunto de inmediato.

-Bien… yo estoy bien. – Respondí confundida.

-Bueno, ven conmigo, te haremos un chequeo. Pero lo más importante es que ¡esta viva Lucy! – Repitió. Y otras enfermeras se acercaron a mirarme.

Me observaban como si fuera una obra de arte, una rareza, o alguien de otro planeta.

-Doctor no entiendo lo que esta sucediendo – Dije complicada.

-Lucy, para nosotros tu estabas muerta hace unas horas. Es un milagro que estés viva. ¡Un verdadero milagro! – Explico.

-¿Cómo puede ser? – Susurre para mi misma.

-Sígueme Lucy, te haremos un chequeo. – Indico el doctor.

-Ok. Pero si deja de llamarme Lucy. – Exigí.

-¿Y como quieres que te llame? ¡Eres Lucy! – Dijo.

-No soy Lucy. Usted esta equivocado. Soy Evelyn. – Declare.

El doctor me miro raro, pero solo se quedo en silencio. Me llevo hasta la sala a donde había despertado, y chequeo que todo estuviera bien. Y para mi bien estar, todo se encontraba en perfecto estado. Y el medico volvió a sorprenderse por eso. No sabia porque me encontraba allí, no recordaba nada de mi vida. Solo mi nombre, mi estúpido e insignificante nombre.

-¿Quién soy? ¿Qué me ocurrió doctor? ¿Por qué no recuerdo nada? – Pregunte un poco alterada.

-Eres Lucy Geyback. Y tuviste un grave accidente, golpeaste muy fuertemente tu cabeza, y creímos que no podrías sobrevivir. Pero aquí estas. – Narro.

-¿Tengo familia? - Pregunte.

-Tu familia falleció hace unas semanas en un accidente de transito. Y tú intentaste quitarte la vida por eso – Explico.

Yo solo me quede en silencio, y pedí ir al baño. Nada de lo que el me contaba me sonaba familiar, o me producía algo. Yo estaba segura que no era Lucy Geyback. Mi nombre era Evelyn Michelsen. Entre al baño y moje mi rostro con agua totalmente fría. Atine a secarme con la toalla, pero antes me mire al espejo, y quede paralizada. Esa personas, no era yo. Observe cada rastro minuciosamente, y comprobé que nada de eso pertenecía a mi verdadera apariencia. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Estaba loca?

Mi corazón estaba sobresaltado. Quería gritar. Esto no podía ser verdad. Era imposible que estuviese en otro cuerpo. Debería estar muerte, en el cielo, en el infierno, donde sea, pero muerta.

-Estos es mentira, solo es un sueño, es mentira, solo es un sueño – Repetía una y otra vez en voz alta. Casi a los gritos.

Dos enfermeras entraron, e intentaron tranquilizarme.

-Calma Lucy. Todo va a estar bien – Dijo una de ellas.

-¡NO SOY LUCY! ¡SOY EVELYN! ¡CREEANME! – Grite fuertemente.

Ellas solo atinaron a mirarme raro. Y no prestaron atención a mis palabras. Una de ellas me inyecto algo, y quede dormida sobre la cama.

Desperté al día siguiente. Una enfermera estaba a mi lado con una bandeja de comida. Me hablaba, y otra vez volvió a llamarme Lucy. Odiaba que lo hiciera, pero esta vez me controle.

-Lucy, se que estas un poco confundida. Pero tranquila, todo va a pasar. – Dijo ella.

-Estoy perdida. Este no es mi cuerpo. No soy Lucy – Exclame con precisión.

La enfermera solo ignoro lo que yo decía. No quería escucharme. Me sentía sola, perdida, y desbastada. Quería saber quien era realmente, y porque me sentía de esa manera.

Pasaron unos días, y todos en la clínica me trataban como “la loca”. Nadie creía nada de lo que decía. Me obligaron a hablar con psicólogo, que intento entenderme, pero siempre me repetían los mismo “Estas perdida, y confundida. Pronto estarás bien, Lucy.”

-¡Maldita sea! ¿Cuántas veces quiera que le repita que no soy esa tal Lucy? – Grite despechada.

Otra vez me miraron raro. Y me sentí una loca. Estaba perdida, estaba confundida, pero estaba segura de que yo… NO ERA LUCY.